Antes de la gran explosión estábamos juntos, tus átomos se mezclaban con los míos, inconscientes, inertes. Chocaban nuestras almas antes de expandirse y como un hecho irremediable volamos, viajamos en el vacío, llenando de materia lo inexistente. De todos los mundos habitables llegamos a este, guiados por fuerzas invisibles que no nos dejaron cambiar de rumbo. Nuestra materia se fue uniendo por azar y necesidad. Siguiendo una ruta no marcada pero con un fin común. Tuvieron que formarse otros seres, algunos monstruosos y apocalípticos, otros finos y de microscópica belleza. Pero al fin, después de un largo camino que nunca conoceremos, llegamos a este espacio, a este lugar común donde volvemos a estar juntos atraídos por otras fuerzas, estas fuerzas inconmensurables de la materia.