martes, 29 de mayo de 2012


Mañana muda
Tímpanos encendidos
Los cantos del andar
Volando hacia mi madre
Toda la fuerza de la savia de montaña
Abuela-vida
Movimiento terrestre
Allá voy

miércoles, 16 de mayo de 2012

hoy por ejemplo


Las cosas han empezado a cambiar, la sensación de la quién soy, de la que hay adentro de mi, esta cambiada, alterada. Su estomago a la deriva, en sube y baja.
De repente me he visto pensando distinto sobre una situación, sobre la que en otro tiempo hubiera pensado de otra manera. No me reconozco.  Cambio de piel, me dijeron hoy en una plática de chat, quesque así sucede cuando se cierran ciclos. Como he escuchado esa expresión estos últimos meses! desde fines del año pasado. Y creo que no la entiendo porque tal vez no he cerrado nada, mi vórtice solo sigue creciendo, mis círculos no son redondos, son espirales, son la banda de moebius, girando, rueda y rueda. Los remolinos crecen y a veces es inevitable ser revolcada y arrastrada hasta los abismos de la estoica razón. Quien quiera azul celeste, que le cueste, dice el sabio refrán. Y en los últimos pasos, más sesudos, más confiados, más sentidos, más vividos, el celeste nomás no ha llegó. Cierre de ciclos, vaya.
Epitafios podría seguir mascullando, cuando este apachurramiento que siento, se siente como andar sin vida, desalmada, desangelada, descentrada. Un sentir otro, ya sin los escándalos de la adolescencia, sin las tribulaciones corta las venas del bachillerato, sin la desgarradora pasión del sin sabor y el sin sentido de la juventud más bravía; el olor amargo del pesar y sus tormentos, camina junto a mí, sigiloso, y a cuenta gotas, de repente me tortura.
Quién diría que el optimismo me ha abandonado, que el coco-wash que elegí, en lugar de quedarme sola con mis desvaríos, con todos mis martirios y ese enorme desconsuelo, el de los encuentros cósmicos y cerebrales; por  el de los sabores terrenos del compartir, del despertar todas las mañanas como si fuera un tiempo nuevo, un empezar con toda la fuerza del entusiasmo y disfrutar del amanecer de todo los días, como si fuera el alborada más esplendida que jamás hubiese visto antes. Quién diría que el optimismo me abandonó, hoy por ejemplo, todo apesta.
Quién diría que disfrutar de los aromas que emanan del néctar de las flores, es el más sublime de los estruendos del olfato; que el caminar las avenidas tapizadas de flores púrpura de jacaranda es como danzar el baile interminable sobre una alfombra voladora, magia. Que el escuchar los trinos diversos, los cantos exóticos de las aves que visitan los alrededores de mi jardín, o los que me acompañan por las tardes camino de regreso a casa, son un oasis exclusivo y la montaña sonora más resplandeciente que abrazar. Hoy por ejemplo, los desacredito.
Este desanimo no viene estruendoso y fugaz. Este, se impregna, se adhiere lentamente a cada paso, por cada segundo, aprovecha mis únicos suspiros; ahora experimentarlo es diferente, no, no me reconozco.
ahorita vengo
voy a dar un paseo
alrededor
de
mi
vida…
                ya vine

lunes, 7 de mayo de 2012

éste es un amor

Éste es un amor que tuvo su origen 
y en un principio no era sino un poco de miedo 
y una ternura que no quería nacer y hacerse fruto. 
Un amor bien nacido de ese mar de sus ojos,
un amor que tiene a su voz como ángel y bandera, 
un amor que huele a aire y a nardos y a cuerpo húmedo, 
un amor que no tiene remedio, ni salvación,
ni vida, ni muerte, ni siquiera una pequeña agonía. 
Éste es un amor rodeado de jardines y de luces 
y de la nieve de una montaña de febrero 
y del ansia que uno respira bajo el crepúsculo de San Ángel 
y de todo lo que no se sabe, porque nunca se sabe 
por qué llega el amor y luego las manos 
- esas terribles manos delgadas como el pensamiento - 
se entrelazan y un suave sudor de - otra vez - miedo, 
brilla como las perlas abandonadas 
y sigue brillando aun cuando el beso, los besos, 
los miles y millones de besos se parecen al fuego 
y se parecen a la derrota y al triunfo 
y a todo lo que parece poesía - y es poesía. 
Ésta es la historia de un amor con oscuros y tiernos orígenes: 
vino como unas alas de paloma y la paloma no tenía ojos 
y nosotros nos veíamos a lo largo de los ríos 
y a lo ancho de los países 
y las distancias eran como inmensos océanos 
y tan breves como una sonrisa sin luz 
y sin embargo ella me tendía la mano y yo tocaba su piel llena de gracia 
y me sumergía en sus ojos en llamas 
y me moría a su lado y respiraba como un árbol despedazado 
y entonces me olvidaba de mi nombre 
y del maldito nombre de las cosas y de las flores 
y quería gritar y gritarle al lado que la amaba 
y que yo ya no tenía corazón para amarla 
sino tan sólo una inquietud del tamaño del cielo 
y tan pequeña como la tierra que cabe en la palma de la mano. 
Y yo veía que todo estaba en sus ojos - otra vez ese mar -, 
ese mal, esa peligrosa bondad, 
ese crimen, ese profundo espíritu que todo lo sabe 
y que ya ha adivinado que estoy con el amor hasta los hombros,
hasta el alma y hasta los mustios labios. 
Ya lo saben sus ojos y ya lo sabe el espléndido metal de sus muslos, 
ya lo saben las fotografías y las calles 
y ya lo saben las palabras - y las palabras y las calles y las fotografías 
ya saben que lo saben y que ella y yo lo sabemos 
y que hemos de morirnos toda la vida para no rompernos el alma 
y no llorar de amor. E.H.

para miguelita

Como una limpia mañana de besos morenos cuando las plumas de la aurora comenzaron a marcar iniciales en el cielo. Como recta caída y amanecer perfecto. Amada inmensa como un violeta de cobalto puro y la palabra clara del deseo.