remedios caseros, lucecitas de bengala, cochospio azaroso que pica en la cabeza, los olores del corazón
sábado, 12 de junio de 2010
yerbas de olor

después de un tiempo almizcle se tornó
la fuerza de su esencia, durante la noche bajo las sábanas,
aprendió a transpirar a través de mi.
olor se posaba en el aroma de mi sudor.
sabía como regresar a casa.
por un tiempo se perdió
no encontraba el camino...
comenzó a diluirse el almizcle
un olor extraño se reproducía en mi
y una mañana olor se fue.
despues de un sin fin de mañanas
olor apareció, me susurró suavemente...
a través de una noche de ventiscas
su emulsión indeleble se cocina, crece en mi.
el mambo del silencio
hace varios años que mi made dejó de soñar,
hoy aguarda la vejez como un último trámite.
se resiste.
esa mujer que muchas mañanas
lavó y secó sus pies que más tarde
alguna vez, bailaron con ella,
se sienta todos los días frente a su estufa
a mirar el baile victorioso del aceite salpicando.
y para atender mis llamadas,
cada vez menos frecuentes,
apenas puede levantarse
por el peso de tanta múscia muerta en sus piernas.
hoy aguarda la vejez como un último trámite.
se resiste.
esa mujer que muchas mañanas
lavó y secó sus pies que más tarde
alguna vez, bailaron con ella,
se sienta todos los días frente a su estufa
a mirar el baile victorioso del aceite salpicando.
y para atender mis llamadas,
cada vez menos frecuentes,
apenas puede levantarse
por el peso de tanta múscia muerta en sus piernas.
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